11 de octubre de 2014

La política pastoral

Por Ezequiel Oscar Gigante (*)

Desde hace muchísimos años, la sociedad argentina somos un rebaño de ovejas.

Desde hace muchos años, estamos siendo gobernadas por lobos. Algunos más feroces que otros. Los lobos dicen cuidarnos de un animal más salvaje que viene desde el norte, desde Norteamérica.

Nosotras le creímos a todos esos lobos y por el pánico al animal de Norteamérica, seguimos con los lobos.

En el año 1983, las ovejas le dijimos NUNCA MAS a los lobos. Decidimos cambiar. Terminar con la persecución y poder elegir a nuestro nuevo líder, pero NUNCA MAS LOBOS. Elegimos a pastores. Que nos hablan de lo peligroso que son los lobos y lo peligroso que son los animales de Norteamérica.

Esos pastores nos usan para abrigarse ellos, nos pelan, nos venden y de vez en cuando nos tiran algo de comida y nos hablan, con un mensaje que para el rebaño, es muy encantador y prometedor.

De alguna manera sabemos que el pastor nos maneja y nos manipula. Pero algo extraño nos sucede... y hasta tenemos la sensación que a veces nos gusta. Cambiamos muchas veces de pastor, hasta llegamos a hacerlo varias veces en un par de días, allá por el 2001.

Desde el 2003 tenemos una familia de pastores. Comenzó un pastor que se iba caminando y los últimos años comenzaba a irse con valijas en los brazos. De vez en cuando tenemos pájaros que nos vienen a contar la riqueza que tienen los pastores.

Increíblemente comenzamos a observar a ovejas que nos odian, por decir cosas que no nos gustan del pastor.

Además de dividir el rebaño, las ovejas que defienden al pastor comienzan a tener cosas que nunca pensamos que podían tener... simplemente por seguir al pastor.

Después vino una pastora, con los mismos mensajes mesiánicos y demagogos. La pastora no solamente tenía más cosas... hasta unos días venía en helicóptero. El grupo de ovejas que nos comenzaron a odiar con el pastor Néstor, profundizaron aún más su odio hacia nosotras. .

Muchas veces mis pares me preguntan: "Y bueno oveja Ezequiel, ¿qué querés?, ¿qué vuelvan los lobos?, ¿que volvamos a cambiar de pastor?. Ya nos advirtieron del peligro que viene de Norteamérica, un animal mucho más depredador. ¿Qué podemos hacer?, ¿qué otro tipo de pastores hay"?.

Sinceramente... no quiero más lobos, ni pastores, ni hienas, ni nadie que nos domine. No pasa por elegir el pastor, pasa por dejar de ser ovejas. Nosotros no somos ovejas, somos individuos, somos personas. Es la hora de dejar de estar en 4 patas y ponerse de pie. Y ser auto suficientes, ser independientes, no depender de pastores.

Al dejar de estar en cuatro patas, podemos ver un horizonte que antes no veíamos. Nuestra visión no es tan limitada como lo era antes. Podemos ver hasta donde podemos llegar si nos lo proponemos, podemos ver todo nuestro potencial, nuestros sueños y nuestro proyecto de vida.


¡A ponerse de pie!
¡Llegó el momento de ser libres. Que triunfe la libertad!


(*)Ezequiel Oscar Gigante

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